Venta de Borondo

Hace unas cuantas entradas ya descubrimos la venta de la Inés, en el siempre hermoso valle de Alcudia. Como ya contamos entonces, las ventas manchegas, desde tiempos inmemoriales, han sido el lugar de avituallamiento para los viajantes de la época en una tierra que habituaba a ser de paso. En otro de los tradicionales y abandonados (aunque en su época importantes) caminos que cruzaban La Mancha, nos encontramos con este singular ejemplo de venta manchega. La Venta de Borondo es uno de los pocos ejemplos de venta del siglo de oro que nos quedan. Viendo su estructura, nos es fácil hacer de Quijotes y confundirla con un castillo, como hacía el personaje cervantino. Su tamaño, altura de sus muros y la torre bien pueden asemejar desde la lejanía a los de una fortaleza; imagen que Don Quijote componía en su sesera al divisar estos edificios.

Venta de Borondo
(Foto: listarojapatrimonio.org)

Nos encontramos ante un precioso ejemplo de arquitectura popular manchega del pasado, de la que ya se tiene constancia en el siglo XVI. La venta de Borondo se ubica en el término municipal de Daimiel, aunque justo en el punto donde delimita con los términos de Almagro y Manzanares. Este edificio se levanta a los pies del "Camino Real de la Plata" que unía Mérida con Cartagena, pasando por Almagro. Era por tanto una de las principales vías de comunicación y trashumancia que vertebraba el eje este-oeste de la península.

Venta de Borondo: Fachada Sur (agosto 2014)
Se aprecia en la fachada de tapial las filas de ladrillo que se colocaban entre cada fila de cajones.

La venta está construida en tapial, con alguna fila de ladrillo entre cada uno de los pisos de encofrado. Posteriormente, el tapial se pintaba de cal para protegerlo de las inclemencias del tiempo y aumentar su durabilidad. Sobre las paredes, tejado a dos aguas, con estructura de madera, cubierto de teja árabe. Tiene forma rectangular, distribuyendo sus estancias alrededor de un patio central. En una de sus esquinas, una torre, la cual tuvo uno de sus últimos usos como palomar. Alrededor del edificio principal, existen otras construcciones y corrales, algunos de construcción posterior.

Columna y ménsula tallada en la puerta de entrada.

La entrada principal se sitúa en la fachada oeste, fabricada en sillería y entre columnas decorativas (una de ellas desaparecida). A cada lado de la puerta, asientos de fábrica (poyos). La puerta da acceso a un zaguán empedrado y de ahí al patio, donde encontramos un pozo con brocal y pilón de piedra labrada. Desde el patio, acceso a diferentes estancias, cuadras y cocinas. El piso superior, generalmente queda destinado al hospedaje de personas. En la calle, el suelo frente a la entrada principal también se encuentra empedrado.

Zaguán: Al fondo, el patio con el pozo y el pilón.
No es difícil imaginar el pasaje de Don Quijote
junto al pozo velando las armas.

Lugar de parada y alojamiento durante siglos, es a partir del siglo XX cuando, con la construcción de la carretera Almagro-Manzanares, queda apartada de las actuales vías de transporte. En ese momento, queda relegada a usos agrícolas hasta llegar a su actual estado.

La venta de Borondo fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 2007, pero la desidia y el olvido la están llevando a la ruina. Ésta, junto con la venta de la Inés, son las únicas ventas de La Mancha que actualmente son BIC. Pero esta venta es otro triste ejemplo de como la declaración de BIC no soluciona nada si no se destinan medios para la conservación, como ya hemos visto otros casos, por ejemplo, en el Palacio de los Gosálvez o en el puente de Publio Baebio Venusto, también declarados BIC y en el olvido. La inacción está encaminando a la venta hacia el derrumbe y con ello, a que todos nosotros perdamos otra construcción singular que forma parte de la esencia de La Mancha y de la nuestra propia.

En este sentido, la "Asociación Cultural Venta de Borondo y Patrimonio Manchego" lucha por la conservación de esta venta y su restauración, dándola a conocer y movilizandose ante medios y administración. Desde aquí deseamos el mayor de los éxitos en sus proyectos y ojalá podamos ver pronto una venta rescatada de la ruina y que luzca como antaño.

La venta, desde el viejo puente empedrado sobre el arroyo del Alcaide
( Foto: David Cejudo 2016, blog "Arquitectura Popular Manchega"
arquitecturapopularmanchega.blogspot.com )

Para finalizar, os dejo enlace a un vídeo reciente de la venta, grabado con un dron, donde se aprecia su grandeza y singularidad.


Y como siempre, y por último, la ubicación de la venta sobre el mapa, para que podáis ubicarla y visitarla:

----- MAPA -----

Comentarios

  1. Muy chulo el vídeo del dron. Una pena que sitios tan espectaculares no se hayan podido recuperar, en muchos otros lugares de nuestro país esto sería una joya debidamente cuidada. Espero que la iniciativa popular permita mejorarlo todo lo posible. Gracias Jesús.

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    1. Qué razón tienes. No sabemos cuidar lo que tenemos. La venta es una verdadera joya aún en pie. Ojalá se salve de la ruina y se le dé el valor que tal construcción ÚNICA merece.

      Gracias por leer y comentar.

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  2. Lo más llamativo de ésto es que tanto la Venta de la Inés, como la Venta de Borondo ¡¡¡ se mencionan en el Quijote, Libro mundialmente conocido !!! Estoy seguro de que en ningún otro país se hubiera permitido semejante dejadez, cuantos sitios hay con mucha menos historia y menos espectaculares que con un poco de ingenio se han sacado adelante. En fin...

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    1. Haciendo honor a la verdad, ninguna de ellas se menciona expresamente en el Quijote. Cervantes supo dar el misterioso anonimato a muchas de las localizaciones de su obra, como el de aquel "lugar de cuyo nombre no quiero acordarme", quizá para que todos y ningún lugar de La Mancha tuvieran el honor de ser escenario de las desventuras de Don Quijote.

      La venta de la Inés se menciona en una novela ejemplar de Cervantes (Rinconete y Cortadillo), aunque en el Quijote sí que se nombra la Fuente del Alcornoque, paraje muy cercano a la venta. La venta de Borondo, nunca es nombrada expresamente aunque algunos estudiosos sitúan en ella alguna de las aventuras del caballero de la triste figura.

      De cualquier manera, ambas ventas probablemente alojaron en alguna ocasión a Cervantes, pues se encontraban en caminos que, por su profesión de recaudador, con toda certeza recorrería. Y como tal, servirían de inspiración para su inmortal obra.

      La venta de la Inés tenemos la suerte de conservarla. La de Borondo aún estamos a tiempo de salvarla.

      Gracias por comentar.

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